viernes, 27 de julio de 2012

Antisistema, ¿qué sistema?

  Después de 7 meses al fin vuelvo a escribir una entrada. Espero no tardar tanto en escribir la siguiente... pero no prometo nada.

  
  Desde hace al menos un par de años, en el reino de España los principales medios de comunicación nos acribillan con noticias económicas, utilizando términos hasta entonces bastante desconocidos (prima de riesgo, agencias de rating, volatilidad...), y tienen, al menos, la deferencia de dejarnos claro que esas noticias son, salvo contadas excepciones, malas.

  Con ese panorama, y una vez que hemos asimilado esa situación como la actual (su constancia obtuvo resultados), ha habido una serie de reformas en el Estado español que perjudican a una inmensa mayoría de la población y benefician a una diminuta minoría que, por otra parte, ha sido la que nos ha llevado a la situación en la que nos encontramos. El anterior gobierno inició una serie de reformas, que el actual ha desarrollado muy ampliamente, que van en la línea anteriormente descrita. También han sabido trabajar codo con codo ambos partidos el año pasado, llevando a cabo una reforma de la Constitución exprés que acaba con la mayor parte de la soberanía económica del gobierno español y deja al país, en gran medida, en manos de los poderes financieros internacionales. Para más información: aquí.


 Pero no es mi intención enumerar en esta entrada las noticias económicas negativas aparecidas en prensa, ni los recortes antisociales llevados a cabo. Simplemente contextualicé para que se pueda entender un poco mejor la aparición, estimada alrrededor del 15 de mayo de 2011, de una enorme masa de la población indignada con el sistema actual. Eso sí, me gustaría, por un lado, manifestar mi enorme simpatía por el movimiento 15M, y por otro lado, dejar claro que, como es obvio, ya había indignados antes (desde los orígenes de la humanidad probablemente, y poco antes del estallido del 15M la atmósfera favorecía claramente su irrupción, por ejemplo alcanzando un importante éxito libros como Indignaos de Stéphane Hessel), y ha habido distintas oleadas que han supuesto la aparición de nuevos indignados después de esa fecha: como los que se implicaron en el movimiento tras la brutal carga policial del 27 de mayo de 2011 en Barcelona (más información en Radio Televisión de Castilla y León), los estudiantes que se sintieron seriamente atacados cuando tuvo lugar la primavera valenciana y fueron considerados el enemigo por parte del jefe de la policía (fuente: El País), los mineros que piden que se respete el acuerdo firmado el año pasado entre el Ministerio de Industria y los sindicatos mineros (que incluía ayudas asignadas hasta el año 2018, leer carta de un minero para más información), los funcionarios a los que se les pretende eliminar la paga de navidad, los días moscosos y limitar sus derechos por incapacidad temporal (fuente: aquí y aquí), y un amplísimo etcétera (raro es encontrar algún colectivo social que considere que no tiene motivos para protestar hoy en día).

  Así, nos encontramos a un porcentaje de más del 80% según varias encuentas que rechaza las medidas tomadas (ejemplos: ciutat.es y de verdad digital). Si tenemos en cuenta que, además, el propio partido del gobierno ha aceptado en reiteradas ocasiones que los que está haciendo va en contra de su programa electoral (fuente: globedia), nos encontramos con que lo que falla es el sistema.

  Pero, ¿qué es el sistema?, ¿qué es eso que influye más sobre nuestras vidas que la organización supuestamente democrática del Estado Español?, ¿por qué no funciona la democracia en España?

  Por un lado, hay que mencionar como elemento que ejerce una importancia brutal sobre nuestras vidas el sistema capitalista neoliberal predominante a nivel mundial (tanto es así que hay quien considera, ver ejemplo aquí, que la globalización no es más que el proceso iniciado tras la caída del muro de Berlín que supuso la victoria del liberalismo económico sobre el comunismo, y que consistiría en algo así como la posibilidad de expandir la doctrina económica neoliberal por todo el planeta). Según wikipedia, esto es el capitalismo y esto es el neoliberalismo, para quien quiera profundizar en el tema.


  Según una encuesta de la BBC en 2009 de la que se hicieron eco otros medios, el 74% del planeta rechaza el capitalismo neoliberal, y hasta un 91% en Chile, a pesar de que ganó un partido de derechas a los pocos meses de hacerse la encuesta, ¿por qué no funcionan las democracias?, ¿por qué es el capitalismo el que determina nuestras vidas si es rechazado y, supuestamente, podemos elegir a nuestros representantes?


   Pues por una cuestión muy simple: en el reino de España (e imagino que, por desgracia, en la mayor parte de las "democracias" occidentales) la población que cumpla unos requisitos (mayoría de edad, no enajenación mental, etc.) puede escoger a las personas que cree (y esto es muy importante, ya que no es obligatorio el cumplimiento de los programas electorales) que van a llevar mejor a cabo las políticas sobre las que tienen capacidad (las políticas más importantes, como la económica, ya están en manos de organismos no democráticos como el Banco Central Europeo), pero dichas políticas les son impuestas por terceras personas: los mercados. Ejemplos que confirman dicha presunción: Banco Central Europeo, Banco de España, PP, PSOE y admisión de su poder por parte de los mercados. Todo esto tiene un nombre, y no es democracia, sino plutocracia.

  No... la plutocracia no consiste en que reine Pluto. Se trata de un sistema de gobierno en el que el poder lo ostentan quienes poseen las fuentes de riqueza. Veamos si se cumplen los requisitos para que exista:

"Sé el cambio que quieras ver en el mundo" (Gandhi).

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